La niña está subida
en la duna de plata
está escuchando el trino
del canario que canta
lamentos extranjeros
que el berebé calla.
Y vienen los alisios,
están en la montaña,
escuchando a la joven
que subida a la tabla
cuenta la rebeldía
del verol en la cala.
Dicen que la escucharon
escritores de fama
de plumas elegantes,
y al Roque le dejaban
notas que la mocita
al obrero contaba.
Puño en alto, sin rosa,
a la calima llama
no quiere nubarrones
quiere la nube clara
que asome por los riscos
con piedra dorada.
hojas que ya se fueron
llenas de fina plata
se las llevó la brisa
en la madrugada.
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